Apenas el escenario cobró visos de normalidad, con la designación de Rafael De Vito como nuevo jefe comunal, el distrito de Pinamar se reencontró poco a poco con su ritmo habitual. En particular Cariló, donde sólo en los últimos tres meses se pusieron en marcha obras de gran magnitud, entre ellas un literal shopping a cielo abierto, otro complejo de locales en el corazón del centro comercial y por lo menos tres espectaculares emprendimientos de viviendas multifamiliares que involucran en su conjunto inversiones millonarias.
Se suman a otras apuestas fuertes que aquí tiene el mercado inmobiliario desde el último año, ya que están en construcción por lo menos cinco establecimientos hoteleros o de departamentos, varios de ellos en avanzado estado de ejecución y al menos uno próximo a ser inaugurado.
Los estudios de arquitectura acumulan proyectos de casas nuevas sobre lotes vírgenes, ampliaciones de edificaciones existentes y quizás una de las más importantes novedades para el balneario, la tendencia a demoler las primeras y más antiguas viviendas para reemplazarlas por otras de diseño moderno y equipamiento en tecnología.
El grupo inversor Cilene, que tenía presencia aquí con emprendimientos hoteleros, había proyectado hace más de cuatro años un gran complejo de locales que incluía las primeras salas de cine para este balneario.
Pero se encontraron con la oposición de la Sociedad de Fomento de Cariló, que recurrió a la Justicia y logró en los tribunales que se respeten lineamientos del Código Urbano que mantiene a estas playas como paisaje protegido, y con eso restringe la habilitación de determinadas actividades comerciales y de entretenimiento.
Desde entonces sólo sobrevivía la cava que dejó como recuerdo aquel intento original. Sólo en abril último se pudieron retomar las obras. La galería Cilene Compras, con edificaciones de dos niveles, hoy registra un avance de obra del 75% y será inaugurada el próximo 1º de noviembre. "Se recurrió a los más destacados especialistas en shoppings y complejos comerciales", aseguró Gustavo Yeannes, uno de los directores de Cilene SA.
El proyecto es del estudio Bodas Miani Anger, el diseño se asignó Ronald Shakespear, la dirección ejecutiva es del ingeniero Luis Abruzzese y la comercialización está a cargo de Interurban.
Son 22 locales por los que se pagaron entre 3300 y 4500 dólares el metro cuadrado. El último se vendió el martes pasado y, es un hecho, todos serán ocupados por primeras marcas de distintos rubros, en particular indumentaria. "Antes de los primeros diez años cada propietario habrá recuperado la inversión", afirma Yeannes.
A pocos metros, sobre la calle Cerezo, se define El Patio de la Pulpería, otra nueva galería con seis locales de planta baja y entrepiso. Y en dirección hacia el mar, en Castaño y Benteveo, está próxima a comenzar la obra del Paseo Felicitas, otra propuesta cargada de tecnología. Será la primera galería de Cariló con techo de vidrio corredizo.
"Ampliará y mejorará la oferta comercial y gastronómica del balneario", asegura Silvia Melgarejo, responsable de Constructora del Bosque, que comercializa el emprendimiento.
En 2007 había representado un despegue para las edificaciones comerciales en Cariló con el desarrollo del flamante Paseo Innsbruck y la remodelación del Paseo de los Artesanos.
Cerca de la playa
El desarrollo de departamentos y complejos hoteleros no se detiene. En la primera línea de playa avanzan -en distintas etapas de concreción- por lo menos tres nuevos complejos. Y está próximo a arrancar otro que ocupará las tierras donde hasta hace muy poco funcionó el hotel Talara.Algo más retirados de la playa ganan altura otros dos emprendimientos. Bosque de Ciruelos, que será inaugurado en octubre, tiene seis unidades de dos plantas y equipamiento completo. Desde lavavajillas a espacios de uso común con piscina y gym. "Quedan sólo dos disponibles", aseguran en Constructora del Bosque.
El emprendimiento Avutarda gana altura con sus cuatro niveles en los que se repartirán 33 departamentos de uno, dos y tres ambientes, de los cuales treinta tienen dueño hasta el momento.
La obra que aún no arrancó es la que involucra al predio que ocupaba el ex hotel Talara. El establecimiento, a pocos metros del mar, fue vendido y dejará lugar a un nuevo complejo de 44 aparts repartidos en cuatro bloques y espacios comunes con piscina climatizada, sauna y gimnasio, entre otros servicios
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