CARILO.- Estaban acostumbrados al sonido de las mezcladoras y hormigoneras en Cariló, blanco de millonarias inversiones durante los últimos años, tanto en casas particulares como en edificaciones que se convirtieron en complejos hoteleros o de cabañas tipo departamento.
Pero de repente aquel ruido comenzó a mermar. Si bien coincide con una etapa del año en la que el municipio restringe el ritmo de obra para no afectar el medio ambiente y el movimiento turístico, todos saben bien que el origen inicial está en la falta de certidumbre para el destino de los capitales.
En este balneario, que ya no tiene lotes disponibles frente a la costa y con salida directa al mar, se acaba de inaugurar hace poco más de una semana el complejo Playas, con dos torres de departamentos.
Se ve crecer a pocos metros de allí otras tres del grupo Samba, que de la mano de dos empresarios argentinos exhibe la estructura en pie de la torre Sea Brizze, prepara la Sea View y prevé para marzo próximo el inicio del último pilar de conjunto, Sea Point.
"A pesar del freno que generó la crisis, hay muchas consultas dentro de un mercado atractivo con ladrillos turísticos muy bien ubicados", destaca Joaquín Bustillo, gerente de ventas del grupo Samba.
Silvia Melgarejo, responsable de Constructora del Bosque, inaugura por estas horas el complejo Bosque de Ciruelos, con seis departamentos en dúplex y amenities que incluyen gimnasio, solárium y pileta climatizada, entre otros servicios de categoría. "Conviene invertir en Cariló y no en los bancos", asegura.
Cuenta que se mantiene el interés de la gente por adquirir propiedades, pero hay demoras en las concreciones. "Hubo ventas, pero menos que en los años anteriores", reconoce. Y piensa que en las próximas semanas, una vez que los turistas estén instalados en las casas que alquilaron, otra vez se movilizará el mercado de compra y venta de inmuebles en el balneario. "Todos saben muy bien que aquí hay un triple beneficio: se disfruta el inmueble propio como lugar de residencia o descanso, se puede arrendar y obtener una muy buena renta, y garantizarse siempre un capital con cotización en alza", explica a LA NACION.
Gustavo Yeannes es uno de los directivos del grupo Cilene, que ha encarado varios proyectos en Cariló y otros puntos del país, e inauguró en este balneario el complejo Playas y una imponente galería comercial. Además, están por estrenar otro edificio en Ushuaia y prevén para el inicio de 2009 un edificio de oficinas. "Estamos con gran actividad a pesar de las dificultades del escenario", sostiene Yeannes y reivindica las inversiones inmobiliarias para las coyunturas de crisis. "No hay ninguna apuesta mejor que el ladrillo", afirma.
La competencia de destinos del exterior no inquieta demasiado en la costa bonaerense. "El que aún no resolvió su viaje, terminará por aquí, veraneará en un lugar cercano y local", arriesga Melgarejo.
Yeannes anticipa una temporada regular . La flamante galería de locales que Cilene acaba de inaugurar en el centro comercial de Cariló aún tiene unidades sin alquilar. Y coincide en la tendencia de un turismo espontáneo, sin reservas. "Hoy debería afirmar que enero será malo por las reservas que tienen nuestros complejos, pero quizás a fin de mes diga que la temporada fue buena como la anterior", expresa con gesto de confianza.
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